Enrique Goldfarb
Se desprende de las declaraciones públicas del ministro del ramo, que el Transantiago estuvo mal diseñado, no contempló los recorridos necesarios, no reparó que áreas críticas no quedaban cubiertas, descuidó los elementos necesarios para asegurar la frecuencia de buses requerida, no informó adecuadamente a los usuarios y no sabe cuanto costará arreglar el pastel. Este es el técnico que deberá hacer que el proyecto funcione.
El anterior responsable se postula como una carta firme en las próximas elecciones municipales para ocupar la alcaldía de Santiago.
Para “retomar la Agenda” el gobierno lanzó un misil educacional con una bomba nuclear en su ojiva: el fin del lucro en los colegios subvencionados. Encargó a la ministra Yasna Provoste que esta propuesta "encantara" a los chilenos, quien demostró ser campeona en hablar la mayor cantidad de minutos sin decir absolutamente nada.
Las lecciones para un futuro gobierno son dos. La primera es que no solo se deben considerar los cambios más radicales y urgentes, como el crecimiento del país y el acceso de las mayorías a los beneficios del mercado.
También deben contemplar especialistas de excelencia para optimizar las funciones vitales de la sociedad, como es el transporte de sus ciudadanos y la Educación. Y no menos importante, se requiere cierta astucia legislativa, picardía si se quiere, y no mandar iniciativas al Congreso que pueden contener muchos aspectos buenos, como parece ser el caso del actual proyecto, acompañado de una bomba que explotará antes de empezar a conversar siquiera sobre su aceptación.
Se desprende de las declaraciones públicas del ministro del ramo, que el Transantiago estuvo mal diseñado, no contempló los recorridos necesarios, no reparó que áreas críticas no quedaban cubiertas, descuidó los elementos necesarios para asegurar la frecuencia de buses requerida, no informó adecuadamente a los usuarios y no sabe cuanto costará arreglar el pastel. Este es el técnico que deberá hacer que el proyecto funcione.
El anterior responsable se postula como una carta firme en las próximas elecciones municipales para ocupar la alcaldía de Santiago.
Para “retomar la Agenda” el gobierno lanzó un misil educacional con una bomba nuclear en su ojiva: el fin del lucro en los colegios subvencionados. Encargó a la ministra Yasna Provoste que esta propuesta "encantara" a los chilenos, quien demostró ser campeona en hablar la mayor cantidad de minutos sin decir absolutamente nada.
Las lecciones para un futuro gobierno son dos. La primera es que no solo se deben considerar los cambios más radicales y urgentes, como el crecimiento del país y el acceso de las mayorías a los beneficios del mercado.
También deben contemplar especialistas de excelencia para optimizar las funciones vitales de la sociedad, como es el transporte de sus ciudadanos y la Educación. Y no menos importante, se requiere cierta astucia legislativa, picardía si se quiere, y no mandar iniciativas al Congreso que pueden contener muchos aspectos buenos, como parece ser el caso del actual proyecto, acompañado de una bomba que explotará antes de empezar a conversar siquiera sobre su aceptación.
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