miércoles, junio 10, 2015

Gratuidad cuestionada

                                      (publicado en Estrategia el 15 06 05)

Enrique Goldfarb

Se piensa otorgar – se dice inicialmente- la gratuidad al 60% de  los alumnos vulnerables, pero sólo a los que pertenecen a las universidades afiliadas al CRUCH, dejando fuera a las privadas y centros de formación técnica. Así ya no son sólo los ricos los que deben pagar, sino también los menos ricos y algo pobres que les tocó la mala suerte de no pertenecer a ese  privilegiado grupo,  el que ha sido usado en forma bien instrumental.
Imposible no recordar los inicios del Transantiago, cuando, y para una comodidad mínimamente razonable, se requería un número de micros digamos de 100. Como el presupuesto sólo alcanzaba para 60 máquinas,  se determinó que el sistema comenzaría, sí o sí, sólo con las 60 para las que alcanzaba la plata, lo que determinó que toda la gente tuviera que viajar como en latas de sardina.
Como el presupuesto para comenzar la gratuidad para los alumnos más vulnerables sólo da para un número mágicamente similar a los alumnos del CRUCH, entonces se dejará fuera a una cantidad de alumnos igual o superior  que no pertenecen al Consejo de Rectores, y además, a los de los institutos y centros de formación técnica.
Hasta ahora sólo han reclamado los rectores de las universidades privadas. Pero cuando los alumnos excluidos,  que superan con creces a los incluidos, se den cuenta que seguirán pagando  y traten de entrar masivamente –y por consiguiente sin éxito- a los centros privilegiados, la situación se hará insostenible. Eso sí que en lugar de viajar apretados como sardinas, como en el Transantiago, quedarán botados en el paradero.
Para los efectos de la popularidad del gobierno, habrá que ver si el beneficio anticipado de una minoría compensa el perjuicio de la mayoría, y si no hubiera sido preferible discriminar derechamente sólo por grado de vulnerabilidad y no por establecimiento. Así, la obsesión de la gratuidad en Educación puede constituirse en un boomerang para el gobierno.