martes, junio 16, 2015

Pacto de gobernabilidad

                                      (publicado en Estrategia el 15 06 12)

Enrique Goldfarb




Creo que si sumamos todos las protestas y paros  del año nos encontraremos con un PARO NACIONAL, muestra de una ingobernabilidad que no se veía desde antes del gobierno militar. Lo que me resulta algo lógico es la protesta  a la que se sumaron el miércoles las universidades privadas, a las que la gratuidad dejó debajo de la micro.
De otro lado, la primera mandataria, so pretexto de una disculpa,  anda trasluciendo en el extranjero que Chile es un país corrupto. Creo que el mundo no está escandalizado con Chile, sino al revés, muerto de la risa. Porque parece haber una confusión con el término “corrupto”.
En efecto si nos vamos a Brasil, a la vaca que es Petrobras se le han aparecido una cantidad significativa de novillos que la están dejando en los huesos mientras los aprovechadores se llenan los bolsillos. Por ejemplo en  Argentina, con bóvedas de la presidenta de la nación, llenas de efectivo, dejan a Chile, con el caso Caval incluido, del porte de un porotito.  En la FIFA ni que hablar, donde las platas que iban directamente a los dirigentes pasaban por alto las normas más elementales del “fair play”. No bastó con la elección de Rusia como sede, aunque a mí no me parece que sea una mala elección. Pero Qatar, ¡Dios mío! con 50º de calor a la sombra, ¡qué poder de la corrupción para arrastrar a todo el mundo a ese caldero! Y el  cara dura de Blatter resistió triunfador el primer embate, con el apoyo de la masa de coimeros, claro que cuando los Navy Seals amenazaron con allanar su morada, dio “un paso al costado”.

En Chile tenemos fundamentalmente un caso de platas políticas, no personales, que demuestran que esta actividad requiere de mucha plata y no de poca, y donde lo que queda por impedir son las evasiones-elusiones fiscales. La falta de respeto que inspira   esta injusta culpa está liquidando al país, de modo que arreglar de mutuo acuerdo este embrollo no es un “arreglín” sino un verdadero pacto de gobernabilidad.