Enrique Goldfarb
Hasta el jueves, nadie podía suponer otra cosa que los eventos en EE.UU. tendían a normalizarse. Sobresalían noticias positivas distintas del mercado hipotecario, como por ejemplo una recuperación de las acciones tecnológicas, las muy positivas ganancias de las corporaciones, que dibujaron un ciclo de alzas y bajas entre el martes después del feriado del lunes y el jueves, y el viernes donde informes muy negativos respecto del mercado laboral, tiraron a las bolsas para abajo (con la sola excepción del Bovespa brasileño que sorprendentemente aumentó en 0,3%).
El informe que se conoció el jueves, decía que agosto había perdido 4.000 puestos de trabajo cuando lo que se esperaba era un aumento de 110.000 nuevos empleos. Se calcula que EE.UU. necesita crear mensualmente 150.000 puestos de trabajo para absorber la fuerza de trabajo que se crea cada mes. En el mismo mes de los años 2006 y 2005, la economía norteamericana creó 200.000 nuevos empleos. La cifra de desempleo como porcentaje de la fuerza de trabajo se mantuvo estable en 4,6% debido a que dejaron de buscar empleo 600.000 personas durante el mes de agosto.
El sector específico donde se notó la falta de empleos fue en la construcción misma y en la manufactura, que se estima también muy ligada al sector del conflicto, la construcción, ya que en otros sectores como restaurants, retail oficinas, el empleo siguió un curso normal.
Comentarios especializados dan cuenta que otras importantes recuperaciones fueron precedidas anormalmente también por caídas en el mercado del trabajo, de manera que no se puede establecer una correlación directa entre estos hechos y necesarias recesiones.
A todo esto y por encontrarse en vísperas de elecciones, las presiones políticas sobre una demasiada enigmática y poco comunicativa FED han sido tremendas. Ya que hay consenso en definir el problema como uno que escapa al sector construcción y sus deudores sino que comprometen el flujo de recursos en la economía norteamericana en general. El proceso inversionista y de generación de liquidez en ese país no se produce por los bancos, quienes sólo toman primeras posiciones, para ser reemplazados por inversionistas que a través de hedge funds les pagan a los bancos sus préstamos iniciales.
El problema estriba en la posibilidad de que los inversionistas se retracten y pongan sus platas -como sucede- en los seguros Bonos del Tesoro, que suben de precio con cada caída de la bolsa. Y si se detiene el gasto en inversión privada, y los fondos se acumulan en el fisco, eso sí puede ser grave ya que no habría forma como revitalizar la economía rápidamente.
En resumen, estamos en presencia de una enfermedad que duele, y cada vez que vienen ataques el enfermo (la bolsa) grita fuerte. El doctor que puede curar esto está ahí y se llama FED. Pero tiene demasiado guardado el remedio para comenzar rápidamente la cura. El remedio se llama, a estas alturas del partido, el recorte de las tasas de los FED Funds en medio punto, lo que no puede ser tildado de arriesgado ya que muy posiblemente, la actual tasa de 5,25% está muy alta para los problemas productivos que se están manifestando y la inflación, como en Chile, está motivada por razones de costo donde poco o nada puede hacer la política monetaria.
Hasta el jueves, nadie podía suponer otra cosa que los eventos en EE.UU. tendían a normalizarse. Sobresalían noticias positivas distintas del mercado hipotecario, como por ejemplo una recuperación de las acciones tecnológicas, las muy positivas ganancias de las corporaciones, que dibujaron un ciclo de alzas y bajas entre el martes después del feriado del lunes y el jueves, y el viernes donde informes muy negativos respecto del mercado laboral, tiraron a las bolsas para abajo (con la sola excepción del Bovespa brasileño que sorprendentemente aumentó en 0,3%).
El informe que se conoció el jueves, decía que agosto había perdido 4.000 puestos de trabajo cuando lo que se esperaba era un aumento de 110.000 nuevos empleos. Se calcula que EE.UU. necesita crear mensualmente 150.000 puestos de trabajo para absorber la fuerza de trabajo que se crea cada mes. En el mismo mes de los años 2006 y 2005, la economía norteamericana creó 200.000 nuevos empleos. La cifra de desempleo como porcentaje de la fuerza de trabajo se mantuvo estable en 4,6% debido a que dejaron de buscar empleo 600.000 personas durante el mes de agosto.
El sector específico donde se notó la falta de empleos fue en la construcción misma y en la manufactura, que se estima también muy ligada al sector del conflicto, la construcción, ya que en otros sectores como restaurants, retail oficinas, el empleo siguió un curso normal.
Comentarios especializados dan cuenta que otras importantes recuperaciones fueron precedidas anormalmente también por caídas en el mercado del trabajo, de manera que no se puede establecer una correlación directa entre estos hechos y necesarias recesiones.
A todo esto y por encontrarse en vísperas de elecciones, las presiones políticas sobre una demasiada enigmática y poco comunicativa FED han sido tremendas. Ya que hay consenso en definir el problema como uno que escapa al sector construcción y sus deudores sino que comprometen el flujo de recursos en la economía norteamericana en general. El proceso inversionista y de generación de liquidez en ese país no se produce por los bancos, quienes sólo toman primeras posiciones, para ser reemplazados por inversionistas que a través de hedge funds les pagan a los bancos sus préstamos iniciales.
El problema estriba en la posibilidad de que los inversionistas se retracten y pongan sus platas -como sucede- en los seguros Bonos del Tesoro, que suben de precio con cada caída de la bolsa. Y si se detiene el gasto en inversión privada, y los fondos se acumulan en el fisco, eso sí puede ser grave ya que no habría forma como revitalizar la economía rápidamente.
En resumen, estamos en presencia de una enfermedad que duele, y cada vez que vienen ataques el enfermo (la bolsa) grita fuerte. El doctor que puede curar esto está ahí y se llama FED. Pero tiene demasiado guardado el remedio para comenzar rápidamente la cura. El remedio se llama, a estas alturas del partido, el recorte de las tasas de los FED Funds en medio punto, lo que no puede ser tildado de arriesgado ya que muy posiblemente, la actual tasa de 5,25% está muy alta para los problemas productivos que se están manifestando y la inflación, como en Chile, está motivada por razones de costo donde poco o nada puede hacer la política monetaria.
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