Enrique Goldfarb
El alto empresariado se reunió en sesión secreta para criticar la “falta de conducción” del gobierno ante la marcha del proceso laboral, el que se está extremando cada vez más. La idea es poner de rodillas a las empresas frente a las peticiones de los trabajadores de modo que no les quede más remedio que ceder o cerrar.
Este “pelambre” se filtró causando indignación en el gobierno, el que por otra parte ha hecho suyo las directrices económicas de este sector de los empresarios al dar chipe libre a que el mercado opere como le plazca, lo que como se sabe ha causado y sigue causando la sistemática destrucción de las pequeñas y medianas empresas y de la clase media.
La única defensa admisible era que las víctimas del proceso económico-las pymes- se pusieran en su misma línea y para tal efecto se consiguieron al servicial dirigente de turno de la Conapyme para que se incorpore al coro de críticas.
Evidentemente que la realidad de las pymes no admite las mismas reglas laborales que la gran empresa y ésta debiera quedar excluida de las disposiciones generales, incorporándose a un estatuto especial, como se ha prometido tantas veces.
Lo que ni el gobierno ni nadie puede hacer es frenar el descontento social generalizado y menos con represión. Si un proceso económico se sale de madre como pasa en Chile, saldrán los Osvaldo Andrade para que la otra parte, los trabajadores, tengan su parte en la tajada. Debe recordarse que ni siquiera Pinochet pudo enfrentar el descontento social en los años 83 y debió introducir cambios en la política económica y finteos enormes en política para poder sortearlos, haciendo tiempo mientras que la situación se arreglaba sola. Claro que entremedio rescató a la banca y las empresas del problema de la deuda.
Entonces la forma más eficiente para que se pueda moderar el ímpetu social y sindical es devolver la economía a un crecimiento más equilibrado de sus actores. En tanto los empresarios estén aplaudiendo el laissez faire económico, que como se ve intensifica la concentración económica en el mercado interno a niveles inconcebibles, la reacción social y el avance del neocomunismo será imparable.
Es el momento para implementar la reprogramación masiva de la deuda pequeña y mediana y darle espacios a los sectores medios para liberar tensiones. Les interesará saber que el jueguito de los créditos está llegando a su etapa final al agotarse los espacios de la gente para seguirse endeudando.
Entonces la pregunta que cabe es : Si ya no se le puede dar créditos a la gente y tampoco a la pyme ¿ cómo se seguirá inyectando crédito en la economía?. En el momento que el crédito se pare, la economía hará lo mismo.
El alto empresariado se reunió en sesión secreta para criticar la “falta de conducción” del gobierno ante la marcha del proceso laboral, el que se está extremando cada vez más. La idea es poner de rodillas a las empresas frente a las peticiones de los trabajadores de modo que no les quede más remedio que ceder o cerrar.
Este “pelambre” se filtró causando indignación en el gobierno, el que por otra parte ha hecho suyo las directrices económicas de este sector de los empresarios al dar chipe libre a que el mercado opere como le plazca, lo que como se sabe ha causado y sigue causando la sistemática destrucción de las pequeñas y medianas empresas y de la clase media.
La única defensa admisible era que las víctimas del proceso económico-las pymes- se pusieran en su misma línea y para tal efecto se consiguieron al servicial dirigente de turno de la Conapyme para que se incorpore al coro de críticas.
Evidentemente que la realidad de las pymes no admite las mismas reglas laborales que la gran empresa y ésta debiera quedar excluida de las disposiciones generales, incorporándose a un estatuto especial, como se ha prometido tantas veces.
Lo que ni el gobierno ni nadie puede hacer es frenar el descontento social generalizado y menos con represión. Si un proceso económico se sale de madre como pasa en Chile, saldrán los Osvaldo Andrade para que la otra parte, los trabajadores, tengan su parte en la tajada. Debe recordarse que ni siquiera Pinochet pudo enfrentar el descontento social en los años 83 y debió introducir cambios en la política económica y finteos enormes en política para poder sortearlos, haciendo tiempo mientras que la situación se arreglaba sola. Claro que entremedio rescató a la banca y las empresas del problema de la deuda.
Entonces la forma más eficiente para que se pueda moderar el ímpetu social y sindical es devolver la economía a un crecimiento más equilibrado de sus actores. En tanto los empresarios estén aplaudiendo el laissez faire económico, que como se ve intensifica la concentración económica en el mercado interno a niveles inconcebibles, la reacción social y el avance del neocomunismo será imparable.
Es el momento para implementar la reprogramación masiva de la deuda pequeña y mediana y darle espacios a los sectores medios para liberar tensiones. Les interesará saber que el jueguito de los créditos está llegando a su etapa final al agotarse los espacios de la gente para seguirse endeudando.
Entonces la pregunta que cabe es : Si ya no se le puede dar créditos a la gente y tampoco a la pyme ¿ cómo se seguirá inyectando crédito en la economía?. En el momento que el crédito se pare, la economía hará lo mismo.