Enrique Goldfarb
Con la promesa de que sus propuestas le cambiarían el pelo a este país, Sebastián Edwards emitió cuatro medidas que si cumplieron con el cometido de erizarme los pelos.
Cómo es posible que alguien, con la autoridad con que en este país pueblerino investimos a quien se desempeña en una muy buena universidad norteamericana, se quiera gastar US $ 10 mil millones en cosas que realmente no tienen nada que ver con la realidad que vive el país.
Como se sabe las medidas son: depositar US$ 1.000 en la cuenta de los chilenos en edad de trabajar para terminar con las indemnizaciones, mandar 8.000 chilenos a estudiar doctorados en el extranjero, un impuesto negativo al ingreso de $100 mil mensuales y un bono a los jubilados para comprar el resto de las empresas públicas.
Sinceramente creo que estas y otras medidas de este tipo, no le cambiarán ni un pelo a este país y las cosas seguirán, en lo fundamental, exactamente igual, pero nos habremos gastado una porrada de plata sin avanzar en los campos que se deben atacar.
En Chile hay suficiente gente que sabe evaluar proyectos –lo que pasa es que no se usan- y ellos deben ser puestos de cabeza para ver como logramos insertar en el país nuevas empresas y actividades que le den cabida a los millones de personas cuya supervivencia depende de eso. Esos recursos pueden financiar equipos, créditos de largo plazo, capacitación –muy lejos de los doctorados de Edwards- sacar la mochila de deudas de la gente, e investigar seriamente como podemos hacer todo eso en forma compatible con la apertura al comercio internacional . En lo específico, dedicar recursos en forma masiva para terminar con el monopolio del crédito que hace que solo algunas empresas como el gran retail pueda prosperar y no el pequeño y mediano comercio. Como hacemos para que las empresas chilena les compren más a las empresas chilenas y no se dediquen 100% a traer todo de afuera.
Este es el Chile real, y la supervivencia de soluciones exóticas como las de Edwards dependen que la gente se resigne a sufrir su triste destino sin ánimo ni derecho a pataleo. Hoy 29 de agosto, veremos en las calles una demostración que esta tolerancia hacia soluciones de pizarrón, aplaudidas por un grupito muy pequeño de personas en espléndidas salas de conferencia, puede estar llegando a su fin. Tal como en las empresas, es el bottom line o utilidades la que demuestra los éxitos de la gestión, aquí, de una vez por todas, tiene que demostrarse con el aplauso-y no con el repudio de la gente- que las políticas son exitosas.
A riesgo de perecer, el modelo tiene que mostrar resultados, y para ello debe partir mirando donde le aprieta el zapato a la gente. En la TV se anunció que el paro de hoy era contra el modelo neoliberal. ¿No sugiere esto que hay urgencias que atender prioritariamente?
Con la promesa de que sus propuestas le cambiarían el pelo a este país, Sebastián Edwards emitió cuatro medidas que si cumplieron con el cometido de erizarme los pelos.
Cómo es posible que alguien, con la autoridad con que en este país pueblerino investimos a quien se desempeña en una muy buena universidad norteamericana, se quiera gastar US $ 10 mil millones en cosas que realmente no tienen nada que ver con la realidad que vive el país.
Como se sabe las medidas son: depositar US$ 1.000 en la cuenta de los chilenos en edad de trabajar para terminar con las indemnizaciones, mandar 8.000 chilenos a estudiar doctorados en el extranjero, un impuesto negativo al ingreso de $100 mil mensuales y un bono a los jubilados para comprar el resto de las empresas públicas.
Sinceramente creo que estas y otras medidas de este tipo, no le cambiarán ni un pelo a este país y las cosas seguirán, en lo fundamental, exactamente igual, pero nos habremos gastado una porrada de plata sin avanzar en los campos que se deben atacar.
En Chile hay suficiente gente que sabe evaluar proyectos –lo que pasa es que no se usan- y ellos deben ser puestos de cabeza para ver como logramos insertar en el país nuevas empresas y actividades que le den cabida a los millones de personas cuya supervivencia depende de eso. Esos recursos pueden financiar equipos, créditos de largo plazo, capacitación –muy lejos de los doctorados de Edwards- sacar la mochila de deudas de la gente, e investigar seriamente como podemos hacer todo eso en forma compatible con la apertura al comercio internacional . En lo específico, dedicar recursos en forma masiva para terminar con el monopolio del crédito que hace que solo algunas empresas como el gran retail pueda prosperar y no el pequeño y mediano comercio. Como hacemos para que las empresas chilena les compren más a las empresas chilenas y no se dediquen 100% a traer todo de afuera.
Este es el Chile real, y la supervivencia de soluciones exóticas como las de Edwards dependen que la gente se resigne a sufrir su triste destino sin ánimo ni derecho a pataleo. Hoy 29 de agosto, veremos en las calles una demostración que esta tolerancia hacia soluciones de pizarrón, aplaudidas por un grupito muy pequeño de personas en espléndidas salas de conferencia, puede estar llegando a su fin. Tal como en las empresas, es el bottom line o utilidades la que demuestra los éxitos de la gestión, aquí, de una vez por todas, tiene que demostrarse con el aplauso-y no con el repudio de la gente- que las políticas son exitosas.
A riesgo de perecer, el modelo tiene que mostrar resultados, y para ello debe partir mirando donde le aprieta el zapato a la gente. En la TV se anunció que el paro de hoy era contra el modelo neoliberal. ¿No sugiere esto que hay urgencias que atender prioritariamente?
1 comentario:
Estimado don Enrique :
El tema que le refirió su amigo de Los Angeles, se lo menciono a manera de anécdota primero, pues, sin duda los blogg son para esto, "expresar nuestras propias verdades" y cualquier otra forma "cuidadosa" o rebuscada de señalar puntos de vista para aparecer como ecléctico me resulta un poco siutequería al modus chilensis (con todo el respeto a su contacto). Luego, recordarle que su crítico y sugerente conocido sigue estando muy de acuerdo con ud en el fondo de las argumentaciones, lo cual valida su método hasta ahora usado y le contradice a él la sugerencia para "bajar el grado" de la verdad por cierta supuesta postura que hoy parece estar de moda: los illumitati (de quienes la historia del s.XIX no guarda ningún buen recuerdo).
En relación al repudio de la gente el 29 pasado por los desastres que a diario debemos sufrir decenas de miles de chilenos, creo que tienen estrecho nexo con la poco virtuosa forma de gobernar del gobierno Concertación 4º versión y las políticas y planes diseñados por el de la Concertación 3ª versión. Ambos son los máximos responsables de los males actuales de las clases medias, y mayor responsabilidad tiene para mi Lagos, pues él hizo algunos estudios adicionales en materias económicas, y en aquello debiera saber más que la doctora.
Creo que sus consideraciones técnicas sobre economía van en los carriles posibles y celebro sus precisiones sobre aplicaciones y consecuencias, como las advertencias que con sencillez ud construye. Me alarmo que pudieran ser acertadas. Que malo para Chile resultaría aquello y para nuestra generación sobre los 50, lo considero atentatorio a mis derechos y posibilidades ciudadanas en lo que resta nuestras vidas útiles.
Edo.Berríos Cerda
Ingeniero
aprendiz de economista
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