domingo, marzo 25, 2007

Populismos chilenos


Enrique Goldfarb

La prensa dominical – La Tercera de hoy 25 de marzo-nos trae las denuncias de dos personajes acusando a dos políticos, de “populistas”. Jaime Ravinet trata a Adolfo Zaldívar de populista, comparándolo con Chávez y demostrando en esa insólita comparación su pobreza moral e intelectual. Por su parte el periodista Ascanio Cavallo, haciéndose eco de los corazones más felices del Chile actual, dice que Longueira se encamina al “enamoramiento” con el populismo.
Sin embargo, Adolfo Zaldívar y Longueira son los únicos casos de políticos con la sagacidad, capacidad, el carisma y la fuerza de voluntad para aquilatar la necesidad de ciertos y determinados cambios críticos y urgentes para la supervivencia de un Chile con libertades tanto económicas como políticas.
Probablemente Ud. me alegará que ambos han atacado la concentración económica e invocado la necesidad de mejorar los destinos de las clases medias y populares, lo que no tiene nada que ver con que estén protegiendo las libertades económicas, las que se relacionan más bien con darles más facilidades e incentivos a las clases empresariales.
En efecto, un aspecto a considerar es ese que Ud. me estaría señalando, pero resulta que en Chile viven 16 millones y medio de habitantes que tienen derecho a vivir y prosperar, pero que en los últimos ocho años la han visto especialmente negras, en todo el sentido de la palabra, con la excepción, claro está, de una selecta casta de personas que representan una infinitésima parte de los chilenos. Y aunque Ud. no atienda elementos éticos o morales en tales situaciones, podrá entender que esa mayoría tiene derecho a voto y en ese ejercicio y en una situación desbocada, no elegirán a los zaldívares ni a los longueiras sino a los chávez que con seguridad volverán a aparecer en la escena política, cual ave fénix. En el fondo somos distintos a los argentinos en el fútbol pero nos parecemos en que a todos nos gusta comer. Y hasta allá llegarán no más los espacios de las libertades económicas y políticas.
Por otro lado, el modelo que nos gobierna ni siquiera es capaz de producir crecimiento económico y menos una mejor distribución de los ingresos. De la manera como está operando simplemente no sirve, es como chatarra. Y querer perpetuarlo así como está, será como sostener a un cadáver, que se pone más pesado e insostenible en la medida que pasa el tiempo.
Por su parte Ravinet no es un político sino a lo más un gerente. Es como un elemento robotizado que sirve para hacer las cosas para las que está diseñado pero no es un político y menos un filósofo. Y robotizado como está, como también lo están los grandes beneficiados con el actual estado de cosas y todos aquellos a quienes tienen secuestrados, ni más ni menos que toda la clase política, cree que la única manera de respetar las libertades económicas es haciendo ganar más todavía, a los pocos que han ganado con el estancamiento económico y la pauperización de las clases medias y populares.
En esta ceguera, los que usan el término “populista” olvidan que el populismo es prometer cosas de las que son incapaces o gastar lo que no se tiene. Y en este mundo irreal, lleno de tabúes y fetiches, en que se ha convertido nuestro mundo político y la propia discusión económica, se ha elevado a la categoría de virtud enterrar en bancos extranjeros los enormes beneficios que nos ha deparado el cobre. O sea es populista quien quiere invertir con una mayor tasa de retorno los cuantiosos recursos que sí tenemos, para salir del subdesarrollo en que sí estamos . Más grave es que no han reparado en las alternativas de política económica que son posibles dentro del marco de una economía moderna y que respete las libertades y la propiedad privada.
En su extremismo y falta de independencia intelectual, han llegado a confundir el respeto a la propiedad privada, el respeto a los activos y patrimonio de todos los ciudadanos, con la obligación de perpetuar las erróneas políticas económicas que han conducido a que unos pocos hayan acumulado- producto de esos errores- fortunas que un medio más competitivo y más proclive a un alto crecimiento económico, no les hubiera hecho posible.

viernes, marzo 16, 2007

Plan Chile Invierte


Enrique Goldfarb

El ministro de Hacienda nos acaba de entregar un plan, que de acuerdo a los anuncios previos, tenía la intención de recuperar el crecimiento económico a niveles del 7% o más, y reinsertar a las pymes en el circuito financiero.
En cartas y columnas podrán leer un comentario mío más específico sobre el mencionado plan para quienes no la hayan leído en Estrategia del día de hoy.
Para los siguientes comentarios, daré por hecho que UDS se han informado de su contenido, de manera que me referiré a el en tres aspectos: Lo que no es, el grado de apoyo que ha recibido y el peligro que representa.
En primer lugar, el plan es….. nada. No es un plan de reactivación, ni una agenda coherente para reimpulsar el crecimiento, no describe los medios ni la forma de reinsertar a las pymes. Es un recuento coloquial de las cosas en que está el ministro, de las cosas que le interesan a la CPC y un par de medidas poco ingeniosas, como la depreciación y los créditos a las pymes. Que se trata de las cosas que le interesan a la CPC ha sido deslizado por El Mercurio, seguramente por comentario de orgullosos miembros del organismo gremial, autores de la “movida”.
Sin querer, me han dado la razón a comentarios anteriores míos, en donde he aventurado que la política económica de gobierno más parece la agenda de los propios empresarios, y aquí entramos en lo peligroso que es esto. Los empresarios pueden ser muy buenos empresarios, pero eso no los califica para ser buenos estadistas. Por ejemplo, para una empresa sería ideal operar con cero impuestos, pero eso es imposible en un país organizado. Si uno es un banco, sería bueno que te dejaran prestar ojala con las tasas de interés más altas posibles, pero eso lleva al país a la ruina. Ahora, y por un problema de pudor, sería bueno que tal transmutación fuera algo más disimulada, lo que no se ha practicado a juzgar por el bombo mediático en que se han involucrado algunos medios de prensa y los mismos empresarios y el ministro. Se trata de un blindaje sin mérito alguno, como que la verdadera política buscada por estos empresarios fuera el no hacer nada, que es justamente lo que se lee en los variados planes y anuncios del ministro.
Y a ellos se han unido el coro de “los economistas” alabando los anuncios a fardo cerrado, en donde queda en claro que la influencia y persuasión empresarial no se remite a la autoridad sino que abarca a los profesionales que debieran estar alertando-y no aplaudiendo-la inacción.
Pero esta situación tiene un claro costo. Si el objetivo es –y solo es-agradar al empresariado, se descuidan las labores de gobierno, incurriendo en desastres como el Transantiago, donde la gente ya no solo está demorando el triple y hacinándose, sino que literalmente muriéndose, el nombramiento en ChileDeportes, los chascarros con Perú y Venezuela, para nombrar los más recientes, que dejan en claro que no hay una buena autoridad. Y en términos económicos, continuar el despeñadero del bajo crecimiento económico, la mala distribución del ingreso, como un blanco inmóvil y sin reflejos, que espera ser impactado de lleno con el reventón del sobreendeudamiento

viernes, marzo 09, 2007

Emisarios de los poderosos

Enrique Goldfarb


La Presidenta, después de dar un plazo de 48 horas para que el Transantiago empiece a funcionar perfectamente (ese deadline vence mañana a las 2400 así que péguese al televisor para ver como cambió radicalmente la cosa), ha procedido con igual premura a instruir al ministro de Hacienda para que saque un nuevo cuerpo de medidas para elevar el crecimiento del país por lo menos a un 7%.
Este, ni corto ni perezoso, se apresta a anunciarlas el próximo martes.
¿Ve usted? Por suerte, las vacaciones recargaron a más no decir las pilas de nuestra primera mandataria y todo era cosa de ponerse firme.
Abro El Mercurio hoy mismo y me encuentro con las recetas de algunos de un grupo de economistas que dieron sus recetas hace un tiempo atrás. Me encuentro con la increíble fórmula de uno, que repite que el problema de la economía de Chile es de “oferta”, cuando es evidente que la oferta de las grandes empresas está funcionando perfectamente y que lo que falta es incrementar la demanda. En tanto otro exige que “de una vez por todas” se proceda a rebajas tributaria, o sea, que la gente que en este momento está ganando más dinero, y que los vemos invertir sus “excedentes de liquidez” en una bolsa que avanza a pasos agigantados, paguen menos impuestos. En el recetario de este líder de los economistas se encuentra por supuesto la necesidad, no ya de rebajar algo más, sino de “eliminar” el impuesto de timbres y estampillas.
Personalmente me cansé de refutar cosas absurdas o que a lo más no son la urgencia del momento, y me referiré una vez más a quienes pagan a estos economistas para que digan cosas que creen van en su beneficio.
Este país está reventado y la solución no pasa porque Ud., que ya gana mucho, gane mucho más. Esta situación ya no se esconde como en 2004-2005 con cifras altas de crecimiento pero de una pésima distribución del ingreso. Ya se evidencia con unos IMACEC miserables, que en un país bien puesto, ya hubiera exigido la renuncia de las autoridades económicas. Aquí, a lo mejor Ud mismo contribuye a ello, los empresarios proceden a blindar a esa autoridad.
Evidentemente, las autoridades son débiles y se puede pedir cualquier lesera, especialmente si logras conseguir un verdadero cartel de economistas y de parlamentarios que lanzan falsas soluciones “por si pasan” y de repente te encuentras ganando todavía mucho más, aunque las cosas sigan peor. Ese tipo de salidas lo único que hacen es reventar todavía más a las mayorías y si no se les entrega a ellas medidas drásticas de reinserción económica, es cosa, ya de poco tiempo más , para que este país reviente por los cuatro costados.
De manera que si Ud. es de aquellos de las más grandes fortunas y que salen, o están en lista de espera de Forbes, considerando que ya está ganando suficiente, dé indicaciones a sus emisarios para que corrijan el diagnóstico y empiecen a pensar en las mayorías, recolocar a los pequeños y medianos empresarios, limpios de manchas crediticias, capacitarlos, asistirlos con créditos y darles una proyección para asegurar un país que crezca y que además crezca en paz.
Le adelanto que si Ud. no lo hace, verá tambalear las grandes empresas orientadas al mercado interno, los bancos y las empresas de retail, ya que al contrario de lo que le dice el presidente del Banco Central, el camino del endeudamiento de las personas está agotado porque las deudas son muchas y los ingresos y empleos pocos. Y eso no se soluciona con que a Ud le rebajen los impuestos.
Pero tampoco si se los suben , aunque ya hay concertacionistas que están levantando el alza de impuestos como su propia agenda para el despeñadero. Si Ud quiere que le rebajen impuestos, habrá otros que se los querrán subir. Con seguridad Velasco lo escuchará a Ud pero con ello lo expondrá a que su salida sea todavía más rápida que la que se está fabricando el mismo.